
Alexandra Narváez y Alex Lucitante, dos jóvenes A’i Cofán de la Amazonía ecuatoriana, que han liderado junto a la comunidad de Sinangoe la poderosa lucha por la defensa de su territorio, su biodiversidad y sus formas de vida. Esta lucha robustece la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y derechos de la Naturaleza en Ecuador y América Latina, y por la cual, Alex y Alexandra, serán galardonados con el Premio Goldman, el “Nobel ambiental”. A la par de este reconocimiento internacional, el gobierno ecuatoriano impulsa su intención de incrementar las actividades extractivas a través de la implementación de los Decretos Ejecutivos 95 y 151, que establecen los planes y políticas de gobierno para las actividades petroleras y mineras, amenazando a territorios indígenas, en particular, en la Amazonía.
En 2018, la comunidad A’i Cofán de Sinangoe se enfrentó al Estado ecuatoriano ante la justicia, por la entrega inconsulta de 52 concesiones mineras para la extracción de oro en las riberas del Río Aguarico y sus afluentes, ríos esenciales para la supervivencia física y espiritual de Sinangoe. La batalla judicial que libró Sinangoe protegió 32 mil hectáreas de selva virgen, que serían deforestadas en un período de 25 años, y evitó la contaminación de tres ríos esenciales que afectarían gravemente la subsistencia de Sinangoe y miles de comunidades indígenas y campesinas asentadas en sus riberas.
El caso llegó hasta el más alto tribunal del país, la Corte Constitucional del Ecuador, que en su sentencia, además de confirmar la reversión de las concesiones mineras, generó jurisprudencia obligatoria según la cual todo proyecto extractivista que se pretenda desarrollar y pueda afectar a territorios o derechos de Pueblos Indígenas no sólo garantice la debida consulta previa, libre e informada, sino que, además, como regla general, debe contar con el consentimiento de la comunidad o pueblos que podrían ser afectados. La victoria de Sinangoe, es un hito en la lucha de los Pueblos Indígenas por sus derechos, y se ha convertido en una herramienta para fortalecer estos procesos para otros pueblos y nacionalidades del Ecuador que han vivido, por años, el despojo y graves afectaciones a sus territorios, sus formas de vida y gobernanza, derivados, especialmente, de proyectos extractivos como el petróleo y la minería, impuestos de forma inconsulta y sin consentimiento.